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miércoles, 31 de agosto de 2011

dejar de fumar

Al igual que escribo en mi diario, cuando hace demasiado que no escribo (cosa que sucede periódica y últimamente): ¡cuánto tiempo! ¿no? -de nuevo-.

ains... Os contaré mis novedades más adelante.

Me he dado sólo 15 minutos para estar delante del ordenador porque normalmente, cuando me siento aquí, se me pasan las horas volando entre divagación y divagación, y cuando quiero darme cuenta he perdido toda la mañana para decir-me realmente nada dando lugar a mi ya típico sentimiento de culpabilidad por todos mis tengo-que-hacer que al final no hago. Y es mi último día de vacaciones antes de volver a currar asín que se supone que he de aprovecharlo. ;).

Al igual que me ocurre cada vez que empiezo una etapa nueva, en nochevieja, o cuando me da el siroco sin motivo aparente -y aunque mucha gente no lo crea-, llevo varios días de nuevo pensando -¿en que?-... mmm... en dejar de fumar.

siiiip, lo sé. (-ya ya... "seguro"..."pffff")

Pues sí. Y de nuevo, me he puesto a buscar información -que ya conozco-, a leer post y blogs -que ya conozco- y a repetirme todas las cantinelas -que ya conozco-.

Para llegar a la misma conclusión -que ya conozco-: "...pronto".

pfff... Os lo creais o no, me estoy empezando a cansar, pero de mí misma. Qué absurdo, qué absurda... porque estoy diciendo/escribiendo esto, con un cigarrillo en la mano (como siempre que me siento frente al ordenador) y sólo de pensarlo ya me entra la ansiedad.

Y se que esa ansiedad es ficticia, son cosas de mi mente. Objetivamente es imposible tener ansiedad ahora mismo, porque ¡¡ni siquiera he apagado el cigarrillo aún!...

ains mi mente... si es que tengo una mente mu perra mu perra. "Te conozco maja", muy bien... más de lo que mucha gente cree...

Contrariamemte a la opinión general existente, en la batalla contra el tabaco nos equivocamos de enemigo. Yo creo que el tabaco no es el verdadero problema, el tabaquismo al igual que el resto de las adicciones- y se bien de lo que hablo- es un síntoma, es la herramienta por la cual exteriorizamos un conflicto interno de personalidad, traslucida en una incapacidad de gestionar nuestras emociones apoyada por la inexistencia de un suficiente autocontrol.

Se trata de una batalla contra nosotros mismos, contra la dictadura (y desvaríos) de nuestra mente, que es la que nos hace autoconvencernos una y otra vez que necesitamos esa copa, ese cigarrillo, ese porro, ese gramo... ese sorbo a un liquido -asqueroso supongo- en el que hemos diluido "un poquito" de estramonio (qué fuerte)...

Estas sustancias (todas) incluyen componentes más o menos adictivos que producen una serie de reacciones químicas que -no lo dudo- influyen en que sea más o menos difícil dejarlas. Es la reacción química de estas sustancias y su efecto sobre el cerebro lo que las convirte en "adictivas"...

Pero ¿hemos de admitir que nuestro cerebro es sólo un conjunto de reacciones químicas?. ¿Somos sólo un conjunto de probetas con patas denominados "seres humanos"?... mucha gente diría que sí. Pero mi opinión es que esas afirmaciones, independientemente de que tengan parte de una verdad científicamente comprobable, constituyen, una vez más, la salida más fácil. Escudados en nuestro raciocínio, nos encanta ensalzar, compartir y dogmatizar todo descubrimiento que contribuya a eximirnos de la responsabilidad sobre nuestras acciones.

Sí, soy adicta porque la sustancia a la que estoy enganchada es fortísima y controla mi sistema nervioso. Es que esa sustancia es muy mala, es terrible.

No lo dudo (y además lo sé). Pero lo terrible de esas sustancias es su efecto sobre nuestra mente y nuestro cuerpo. Eso es lo dañino. El alcohol es terrible, el tabaco es terrible... por sus efectos externos.

Internamente y el problema de base es nuestra mente, que se excuda en esa sustancia adictiva para no dejarlo. Porque la mente es muy lista. Y le encanta toda sustancia que la dote de poder.

Al igual que el alcohol impide que controlemos adecuadamente nuestros instintos, bloquea nuestra racionalidad y deshinibe /desboca nuestras emociones para que la mente -descontrolada- maneje la situación, la nicotina y sustancias similares contribuyen a ese desboque, pero el responsable último, como en cualquier otra cadena de mando, es nuestro cerebro, nuestra mente real, nuestro YO. Que es el que permite que pasen las cosas. El que encuentra las excusas perfectas para justificar cada toma, cada dosis... porque "lo necesito", porque "estoy enfermo", porque "me relaja", "porque toca", "porque así me concentro mejor", "porque todo es una puta mierda", "porque, total, qué más da si me voy a morir igual", "porque me gusta", "porque nadie me dice lo que tengo que hacer"...

NO EXISTE toma sin un consentimiento previo, sin un pensamiento previo, más o menos consciente o insconsciente, de nuestra mente, de nuestro cerebro, que es el que ordena la ejecución de la acción. Si no, cierto es -y científicamnete comprobable- que sería fisicamente imposible llevarlo a cabo.

Y, de hecho, los tratamientos para el control de las adicciones, se basan fundamentalmente en la introducción de sustancias que relajen nuestro sistema nervioso y en extraernos paulativamente la sustancia adictiva que desboca el cerebro.

No existen pildoras mágicas, lo único que hay trata de ayudar químicamente al organismo a "quitar obstáculos", "separar la paja del grano", ayudarle a eliminar las trabas que nublan el cerebro y le impiden gestionar correctamente emociones e impulsos. Porque el verdadero problema es ese mismo, el dominio de las emociones, la gestión de nuestro verdadero YO, el control de nuestra mente, la asunción de responsabilidad sobre nuestros actos.

Por ello el verdadero tratamiento siempre comienza tras la desintoxicación física, el verdadero tratamiento es psicológico y se basa en reeducar nuestra mente y ayudar a dominarnos a nosotros mismos...

Como decía al principio, el verdadero enemigo no está fuera, sino dentro de nosotros mismos. Y por eso mismo creo que todas las adicciones son exactamente lo mismo, y reflejan lo mismo. Unas son (parecen) más terribles que otras, pero todas traslucen los mismos conflictos emocionales internos. (vengan de donde vengan, que es lo que hay que averiguar).

Y yo sé de donde viene mi conflicto. Y se lo que me dice mi mente, sé como es, se como juega, y se que de momento gana... como siempre digo, me se toda la teoría y todas las teorías.

Ese es mi principal problema. Por eso estoy segura que ni libros ni pildoras ni tratamientos milagro me van a servir a mí, porque mi mente se cree muy lista.

Mi verdadera batalla es contra mi misma y contra mi soberbia. No contra el tabaco.

Ya me he pasado tres pueblos de los 15 minutos...cachis.







1 comentario:

  1. Linda! A por todas...Seguro que vas a poder con ello...Fuera el tabaco y vivan los pulmones!!!!!! Aiii, que valiosa es mi chica...
    Te mando mil abrazos y mil amores.Muuuak

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